
Blanding: la epidemia silenciosa que está apagando las marcas
La tendencia de marcas que, buscando ser “universales” y minimalistas, terminan perdiendo personalidad y conexión real con su audiencia. Descubrí por qué este fenómeno se está volviendo un riesgo para la diferenciación y cómo evitarlo.
🌐 ¿Qué es el blanding y por qué está en todas partes?
El blanding es el opuesto al branding bien hecho. En vez de construir una identidad única, las marcas caen en un estilo genérico, limpio y “seguro”, donde los colores neutros, tipografías sans serif y mensajes simplificados se convierten en la norma.
Es el look & feel que hace que todas las startups tech parezcan clones, y que muchas empresas de consumo luzcan como si hubieran salido de la misma plantilla de diseño.
⚠️ El problema de jugar a lo seguro
En un mundo saturado de mensajes, lo último que necesita una marca es ser olvidable.
El blanding es cómodo porque:
Evita riesgos visuales y reduce chances de “ofender” a alguien.
Facilita la escalabilidad en múltiples plataformas.
Lo vuelve instantáneamente “aesthetic” y, como ya sabemos, dura poco.
Pero este confort visual cuesta caro:
Desaparece el diferencial.
Se diluye la personalidad y la historia de marca.
Aumenta la competencia directa, porque los consumidores ya no distinguen entre opciones.

🎯 Ejemplos reales
Startups de delivery, fintech y salud que usan la misma paleta pastel y tipografía bold.
Rebrands de marcas históricas que eliminan símbolos icónicos para “modernizarse” y terminan borrando décadas de capital cultural.
💡 Cómo evitar caer en el blanding
Definir tu territorio de marca: no es solo estética, es propósito, tono y valores.
Usar códigos culturales relevantes para tu audiencia.
Apostar por la memoria visual: elementos únicos que se reconozcan sin leer el logo.
Tener una voz propia: lo verbal también es branding.
Medir el impacto de cada cambio: si la nueva identidad podría pertenecer a cualquier otra empresa, no es la correcta.
🚀 El futuro post-blanding
El mercado empieza a saturarse de marcas intercambiables, y eso abre la puerta a un regreso de las identidades más osadas, con texturas, ilustraciones, tipografías custom y narrativas personales. El nuevo lujo será ser único y recordable, aunque eso implique ser más polarizante.
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